mayo 21, 2013

Soñarte...

Venía de un país lejano, exactamente no sé cual era ni como se llamaba. Lo que si sabía es que era tan hermoso como las ilustraciones de los libros que me habían regalado en mi cumpleaños. Con una cara tan preciosa, esos rasgos de niño que tenía, esos ojos brillando, pisando una tierra nueva.
Más sin en cambio sabía no estaba a mi alcance, por más que yo sonriera y las mejillas se me cansarán de tanto sonreír.
¿Qué podía esperar? ¿O él de alguien como yo? Aún fuera lo único en ese puerto sabía que no podía fijarse en mi. Porque no era el tipo de persona ideal como para alguien como él.
Dibuje su rostro en la libreta de siempre, donde solía anotar todo lo que me parecía interesante y sabía que después de verle él sería lo único en mi libreta.
Sabía que en adelante sólo haría poesías relacionadas con él, sabía que esos ojos oscuros como la noche eran también la única musa que podría encontrar, no había algo parecido ni en la arena ni en el mar.

Sumida en mis pensamientos estaba que no noté cuando camino y se perdió por todo ese mar de gente aún en esa isla sólo vivieran 300 personas.
Sentí mi corazón hecho un vuelco, eso significa no verlo más aunque sabía si podía verlo pero yo quería observarlo más.
Me eché a correr para buscarlo, quería encontrarlo y por lo menos verle mientras hablaba o sonreía. Pase a través de ese gran túnel de cables que mantenían en funcionamiento un gran juego de feria, escondiéndome entre ellos para que no notará mi presencia.
No sabía como había llegado, incluso con quien, tan cursi fue que pensé en agradecer al mar por haberlo traído, jamás había visto algo parecido.
Él hablaba con las personas, todos le ponían atención, lo observaban, le veían con cierto afecto. Él miraba a todos menos a mi.
Sentía pena por mi desagradable aspecto y por mi pelo sin peinar, sentía que él era algo que yo podía soñar más nunca tener.

Y él se fue, se lo llevaron por ahí a conocer. Él era tan especial y yo me sentía lo peor, más cuando desapareció con 5 detrás de él.
Ya no tenía yo porque estar ahí, espiando a la nada. Me senté debajo de esos mismos cables, y la arena rozaba con mis dedos de mis pies. Comenzaba yo a dormitar, el llanto me cansó tanto y comencé a soñar. Hasta que de pronto sentí una ligera caricia en mis ojos, alguien limpiaba mis lágrimas...

- ¿Qué te pasa? ¿Porqué lloras? - preguntó inocentemente.

Abrí mucho los ojos, tanto que pensó me había asustado, cuando en realidad era sorpresa. No podía creerlo, ese precioso niño miraba intensamente mis ojos.

- Mi intención no fue asustarte, chiquilla. ¿Cómo te llamas?

- Eee... Me llamo... Aaa.. Ana, me llamo Ana... - mi nerviosismo era evidente - ¿y tú? - por fin pude decir. 

- Ah vale, yo me llamo Yael. Recién he llegado y no me he dado cuenta lo bonito que se esta aquí, debajo de grandes cables sin funcionar...

- Ehh, es que me gusta estar aquí. Es bonito alejarse un poco de la gente y pensar...

- Ya veo - dijo dudando - pues si no te molesta me quedo contigo...

- Pues no creo que te sea grato estar...

Interrumpiendo mis palabras llego esa chica... Si, esa tan bonita que cualquiera quedaba opacada junto a ella...

- ¡¿Qué haces aquí?! Y con ella... - dijo mientras me miro con desprecio.

- Conversando ¿Qué más podría hacer? - tranquilamente enfatizo - ¿Te molesta?

- ¡Claro que me molesta! Tu no deberías estar con ella - jaloneó su brazo - ¡Vámonos!

- ¡No! No me iré, aún me lo pidas tú. Quiero estar aquí. Y si, quiero estar con ella...

- ¡Pues de lo que te pierdes! - refunfuñando se fue.

Luego él volteó a mirarme y yo sentí el mundo abrirse, quizás se deshacía, quizás se derretía, no sabía pero era la sensación más bonita del mundo.

- Entonces... Ana... ¿Qué miras aquí?

- No lo sé, sólo miro lo que me imagino y deseo.

- ¿Y qué es lo que deseas? - pregunto ansioso de curiosidad.

- Me gustaría no ser como soy - pause - a veces pesa el rechazo...

- ¿Porqué lo dices? Eres muy bonita, esa autenticidad te hace serlo... - afirmó.

- Gracias... Nunca nadie me lo ha dicho.

- Pues que tontos... Me tengo que ir, pero mañana te veré aquí... ¿verdad? - dijo como teniendo miedo a no verme.

Sonreí...

 - Claro, aquí estaré.

Se fue desapareciendo entre todos y yo tuve miedo de levantarme e irme. Tenía miedo de los minutos y los segundos. Quizás mientras yo me iba, él llegaba y no me encontraba. Me parecía un sueño haber estado junto a él, aunque hayan sido unos minutos fueron los mejores de mi vida. Parecía flotar en medio de una nube ahí donde el mar y el cielo se confunden, en ese mismo horizonte.
Pensé en quedarme ahí pero el frío me haría morir, deseaba tus brazos rodeándome, pero no era así, pero tenía una esperanza, sí... Una.

Esa noche fue la más larga de mi vida, la peor o mejor no sabía. Pero tenía impaciencia por verle, con esa sonrisa que conquista a cualquiera. Pensaba en él hasta quedar dormida.
Amaneció, el sol era hermoso, presentía que estaría ya ahí sentado, esperándome.
Salí corriendo a sentarme abajo de esos cables de la rueda de la fortuna mientras gotitas de colores caían a montonales en mi corazón.

Pasaron impacientes los minutos, parecía disfrutaban torturarme, parecía les gustaba hacerme sufrir. Así pasaron 2 horas y luego 4. Mi corazón estaba decepcionado, hace unas horas estaba vibrando de emoción, ahora era pura tristeza. Disponía a regresarme a casa cuando sentí un beso en la mejilla y cosquillas en mis manos. ¡Era él! Y me había besado la mejilla.

- Perdóname - dijo muy arrepentido - es que me han entretenido.

- Noo te disculpes, yo entiendo. - asumí triste - debes de estar muy ocupado.

- Para ti no lo estoy...

- Pero ¿porqué eres así conmigo? - pregunté dudosa - Es que nadie lo ha sido...

- ¿Y qué importa? ¡Cuando a mi me importas! Verte ha causado algo en mi...

- ¡Ana! ¡Ana! ¡Ana! ¡Despierta!

De pronto sentí un jaloneo y un estirón en los brazos...

- ¿Quééé? - contesté irritada...

- Apúrate, tenemos muchas cosas que hacer como atender a nuestro invitado y tu perdiendo el tiempo en estos putos cables...


2 comentarios:

Ayúdanos con un comentario en esta parte. ¡Te lo agradeceré mucho!

Licencia de Creative Commons

Septiembre 2012: Mes de poesía experimental.

Noviembre 2012: Mes de Unión y Solidaridad/ Trabajos enviados por compañerxs.

Febrero 2013: Mes de cuentos eróticos.