No salgas de tu casa
porque te estaré esperando
en tu puerta
o en la esquina.
Cruzando la avenida
te estaré observando
vigilaré tus movimientos
te atacaré.
En medio del bullicio
de entre la gente
si es que corres
o si te escondes
te encontraré.
Si caminas rápido
a distancia oleré tu respiración
tu sudor
y tu miedo.
Cuando salgas de la escuela
y vayas por las calles
rumbo a tu casa
te miraré
por una rendija
por una ventana.
Tocaré tu cabello
y lo enredaré con mis dedos
te llevaré a un sitio oscuro
te absorberé
y comenzaré a saciar mi sed.
Cuando te sientas desprotegida
cuando la luz del sol aún no ilumina
te estaré viendo
estoy debajo de tu cama
en todos tus miedos
que te aprietan el alma.
Entraré por debajo de tus sábanas
tocaré tu piel
y estaré por tu almohada
me introduciré en tus sueños
destruyendolos
porque son perfectos.
Cuando laves tus dientecitos
en la mañana
y mires tu reflejo
estaré detrás tuyo
comiéndote el cerebro
poco a poco.
Cuando te bañes
y te enjabones
seré la mirada en el jabón
en la coladera.
Por las noches quien te cobije
será mi mirada insistente
seré tu oso de peluche
quien te mire, te observe.
Y si abres tus libros
me encontrarás en cada página
un dibujo borroneado
un ojo que te mira
y no te perderá de vista.
Aunque pretendas engañarte
soy yo el que te vigila
en tus dibujitos de colores claros
estaré yo a tu lado.
En tu casa
en la cocina
en la alacena
en la sala
o en la estancia
en los sillones
atravesando el pasillo
dentro de los cajones
yo te vigilo.
No salgas de tu casa
si no quieres caer en mis garras
Seré el viento que se fuga
por debajo de tu puerta
seré tu pesadilla
mientras pueda.